miércoles, 24 de diciembre de 2014

El Papa invita a vivir una Navidad verdaderamente cristiana

VATICANO, 21 Dic. 14 / 10:21 am.


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Al presidir hoy el rezo del Ángelus en el cuarto y último domingo de Adviento, a pocos días de Navidad, el Papa Francisco invitó a los fieles a vivir una Navidad “verdaderamente cristiana”, al tiempo que señaló a María y a José como ejemplos de cómo recibir a Jesús en nuestras almas.

El Santo Padre indicó que “hoy, cuarto y último Domingo de Adviento, la liturgia quiere prepararnos a la Navidad, ya a las puertas, invitándonos a meditar el relato del anuncio del Ángel a María. El Arcángel Gabriel revela a la Virgen la voluntad del Señor, que ella se convierta en la madre de su Hijo unigénito: ‘Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo’.

“Fijemos la mirada sobre esta sencilla muchacha de Nazaret, en el momento en que se vuelve disponible al mensaje divino con su ‘sí’; captamos dos aspectos esenciales de su actitud, que es para nosotros modelo de cómo prepararse a la Navidad”. Según cita Radio Vaticano, el Papa destacó “ante todo” la fe de María, “que consiste en escuchar la Palabra de Dios para abandonarse a esta Palabra con plena disponibilidad de mente y de corazón”. “Al responder al Ángel María dijo: ‘Yo soy la sierva del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho’. En su ‘sí’ lleno de fe, María no sabe por cuáles caminos deberá aventurarse, cuáles dolores deberá padecer, cuáles riesgos afrontar. Pero es consciente que es el Señor quien pide y ella se fía totalmente de Él, se abandona a su amor. Ésta es la fe de María”.

Francisco señaló que “otro aspecto es la capacidad de la Madre de Cristo de reconocer el tiempo de Dios. María es aquella que ha hecho posible la encarnación del Hijo de Dios, ‘revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad’”.

María, subrayó el Santo Padre, “ha hecho posible la encarnación del Verbo gracias precisamente a su ‘sí’ humilde y valiente. María nos enseña a comprender el momento favorable en que Jesús pasa por nuestra vida y pide una respuesta rápida y generosa”. “Y Jesús pasa. En efecto, el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, que se produjo históricamente hace ya más de dos mil años, se produce como evento espiritual, en el ‘hoy’ de la Liturgia”.

Francisco aseguró que “el Verbo, que encontró morada en el seno virginal de María, en la celebración de la Navidad viene a llamar nuevamente al corazón de cada cristiano. Pasa y llama. Cada uno de nosotros está llamado a responder, como María, con un ‘sí’ personal y sincero, poniéndose plenamente a disposición de Dios y de su misericordia, de su amor”.

“Eh, cuántas veces Jesús pasa por nuestra vida. Y cuántas veces nos envía un ángel. Y cuántas veces no nos damos cuenta, porque estamos tan ocupados e inmersos en nuestros pensamientos, en nuestros asuntos e incluso, en estos días, en nuestra preparación de la Navidad, que no nos damos cuenta que Él pasa y llama a la puerta de nuestro corazón pidiendo acogida, pidiendo un ‘sí’, como el de María”.

El Santo Padre recordó que “un santo decía: ‘Tengo temor de que el Señor pase’. ¿Saben por qué tenía temor? Temor de no darse cuenta y dejarlo pasar”. “Cuando nosotros sentimos en nuestro corazón: ‘Pero yo querría ser más bueno, más buena, me he arrepentido de esto que he hecho’, aquí está precisamente el Señor que llama, que te hace sentir ganas de ser mejor, las ganas de permanecer más cerca de los demás, de Dios”. “Si tú sientes esto, detente. Allí está el Señor. Y ve a rezar, tal vez a la Confesión. A limpiar un poco el orujo. Eso hace bien. Pero acuérdate bien, si tú sientes esas ganas de mejorar, es Él quien llama. No lo dejes pasar”.

El Papa destacó que “en el misterio de la Navidad, junto a María está la silenciosa presencia de San José, tal como es representada en todo pesebre, también en el que pueden admirar aquí, en la Plaza de San Pedro”. “El ejemplo de María y de José es para todos nosotros una invitación a recibir y acoger, con total apertura del alma a Jesús, que por amor se ha hecho nuestro hermano”.
Jesús, dijo, “viene a traer al mundo el don de la paz: ‘En la tierra, paz a los hombres que él ama’, como anunciaron a coro los ángeles a los pastores. El don precioso de la Navidad es la paz, y Cristo es nuestra paz verdadera. Y Cristo llama a nuestros corazones para darnos la paz. La paz del alma. Abramos las puertas a Cristo”.

“Nos encomendamos a la intercesión de nuestra Madre y de San José, para vivir una Navidad verdaderamente cristiana, libres de toda mundanidad, dispuestos a acoger al Salvador, el Dios-con-nosotros”, concluyó.

(ACI/EWTN Noticias)

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"El anuncio del ángel a María": Lc 1, 26-38

"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»
María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.»
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue."


"El Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo": Lc 2, 1-19

"Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.
Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.
Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»
Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.»
Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón."


miércoles, 17 de diciembre de 2014

La alegría de la Navidad no está en consumir

VATICANO, 15 Dic. 14 / 10:49 am.

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El Papa Francisco ha vuelto a acudir a la periferia, esta vez de Roma. En la tarde del domingo realizó su octava visita a una de las parroquias de la capital. Se trató de la parroquia de San José en el Aurelio, un barrio popular de Primavalle.  Llegó alrededor de las 16 horas y se encontró con  varios grupos de personas, confesó a varios fieles y celebró la eucaristía.

Durante la homilía de la Misa que celebró en el tercer domingo de Adviento, el domingo de gaudete o de la alegría, el Pontífice denunció con energía que el consumismo en Navidad no es la verdadera alegría: “no a la alegría del consumismo que nos lleva al 24 de diciembre a todos con ansiedad, porque pensamos: 'Ah, me falta esto....'. “No, esta no es la gloria de Dios”.

Para el Papa "la alegría de la Navidad es una alegría especial que no es sólo para el día de Navidad, es para toda la vida del cristiano. Es una alegría serena, tranquila, una alegría que acompaña siempre al cristiano. Incluso en los momentos difíciles, de dificultad, esta alegría se convierte en paz. El cristiano no pierde nunca la paz, cuando es un verdadero cristiano, incluso en los sufrimientos. Esa paz es un don del Señor''. Habló también de cómo se encuentra la alegría en la vida cristiana: “La encontramos en la oración y en dar las gracias a Dios” y alertó contra la gente que siempre se está lamentando.

Uno de los grupos con los que se encontró primero fue el de niños recién bautizados y a sus padres. después de revelar que fue bautizado un 25 de diciembre, justo ocho días después de haber nacido, como era la costumbre en aquellos años, Francisco pidió a todos que rezasen por él porque le hace mucha falta.

''Quiero deciros algo: Los niños lloran, hacen ruido, van de un sitio a otro... Y a mi me da mucha rabia cuando en la iglesia un niño llora y la gente quiere que salga. ¡No!. Es el mejor sermón. El llanto de un niño es la voz de Dios. ¡Nunca, nunca, hay que echarlos de la Iglesia!'”, dijo el Santo Padre como ya ha señalado en anteriores ocasiones.

''Un niño dice siempre una palabra de esperanza con su ser... Es una semilla de futuro... Y vosotros, padres, decid a Dios: ''Custodia a mi niño, a mi niña para el futuro. En el niño, en la niña. Están nuestras esperanzas. Nosotros les damos una antorcha de fe, de vida y ellos se la pasarán a sus hijos, a sus nietos… Así es la vida... Y con el Bautismo, vosotros les habéis dado la fe mediante el sacramento y ellos harán lo mismo con sus hijos...Así se transmite la fe desde el tiempo de Jesús hasta hoy; como una cadena que pasa a través de los padres... Es una gran responsabilidad. No os olvidéis nunca del día de vuestro bautismo''.

El Pontífice habló con los niños que se preparan para la Primera Comunión [...] "Y ustedes que harán la Primera Comunión, acuérdense siempre de ese día; de la primera vez que Jesús vino a nosotros. El viene, se hace uno como nosotros, se hace nuestro alimento, nos nutre para darnos fuerza... No os olvidéis nunca de esa fecha y cada año, en el aniversario, id a confesaros y a comulgar. ¿De acuerdo?''.

Después de los niños, el Papa se reunió con un grupo de familias en dificultades que viven en una residencia cercana y forman parte de un programa de ayuda de la Comunidad de San Egidio. A ellos les pidió que no perdieran la esperanza “porque la esperanza no defrauda: nos la da el Señor. Y el Señor antes o después nos espera, siempre''.

Los enfermos fueron también protagonistas del encuentro con el Santo Padre. ''Hace mucho bien a la Iglesia- afirmó- Vosotros regáis constantemente la Iglesia con vuestra vida, con vuestros sufrimientos y con vuestra paciencia. Gracias, de verdad. La Iglesia sin enfermos no saldría adelante. Son la fuerza en la Iglesia, fuerza verdadera”.

 (ACI/EWTN Noticias)

martes, 9 de diciembre de 2014

El Papa dice que no hay que ser cristianos de apariencia

VATICANO, 04 Dic. 14 / 07:42 am.


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No seamos cristianos de apariencia”, ha pedido el Papa Francisco en la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice ha dado las claves para ser un buen cristiano en la vida cotidiana, tomando como modelo el Evangelio del día sobre la casa que se construye sobre la roca.

El Santo Padre ha exhortado a ser “santos de la vida cotidiana”. “Pensemos en los enfermos, que ofrecen su sufrimiento por la Iglesia y los demás. Pensamos en tantos ancianos solos, que oran y ofrecen”, dijo. “Pensemos en tantas madres y padres de familia que llevan adelante con trabajo a su familia, la educación de los hijos, el trabajo cotidiano, los problemas, pero siempre con la esperanza en Jesús, que no se pavonean, sino que hacen lo que pueden”.

El Pontífice recordó que también existen muchos sacerdotes “que no se hacen ver pero que trabajan en sus parroquias con mucho amor” y “no se aburren porque su fundamento es la roca” que es Cristo.

“Debemos pensar muchos en la santidad escondida que hay en la Iglesia, cristianos que permanecen en Jesús”, aunque “pecadores”, porque “lo somos todos”. En el lado contrario estarían “los soberbios, los vanidosos y los cristianos de apariencia serán sacrificados, humillados”, mientras que “los pobres serán los que triunfarán, los pobres de espíritu, aquellos que delante de Dios se sienten ‘nada’, los humildes y que llevan adelante la salvación poniendo en práctica la Palabra del Señor”.

El Papa ha advertido contra los cristianos maquillados porque “apenas llega un poco de lluvia el maquillaje se va”. Por tanto, “no basta con pertenecer a una familia muy católica o a una asociación o ser benefactor si no se sigue después la voluntad de Dios”.

Francisco cree que existen muchos “cristianos de apariencia” que se “colapsan” ante la primera tentación porque “no hay ninguna sustancia” ya que han construido sobre arena. Pero hay muchos santos “en el pueblo de Dios” que “no necesariamente están canonizados, pero que son santos” porque “ponen en práctica el amor de Jesús”. Es decir, “han construido sobre la roca, que es Cristo”.

El Papa pidió a cada uno pensar “qué será de ti” y él mismo respondió: “comida para los gusanos”. “Si no tenemos esta roca, vamos a terminar pisoteados”. Pero la alegría del cristiano consiste en “saber que Él es la esperanza, es el perdón, es la paz, es la alegría” y en “no poner nuestra esperanza en cosas que hoy son y mañana no serán”.

“También algunas veces alguno de estos cristianos comete cualquier pecado grave, pero se arrepienten, piden perdón y esto es grande: la capacidad de pedir perdón, de no confundir pecado con virtud, de saber bien donde está la virtud y donde el pecado”.

(ACI)

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Mateo 7, 21-27:

"«No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.
Muchos me dirán aquel Día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”
Y entonces les declararé: “¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!”
«Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»"

sábado, 29 de noviembre de 2014

Discurso del Papa ante el Presidente del Departamento para los Asuntos Religiosos (Turquía)

ANKARA, 28 Nov. 14 / 10:54 am.

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El Papa Francisco dirigió este viernes un discurso ante el Presidente del Departamento para los Asuntos Religiosos (Diyanet), la más alta autoridad islámica sunnita en Turquía, Mehmet Gormez, en el que recordó los puntos que unen a cristianos y musulmanes y donde condenó cualquier justificación religiosa para la violencia.

A continuación el discurso completo del Santo Padre:


Señor Presidente,
Autoridades religiosas y civiles
Señoras y señores

Es para mí un motivo de alegría encontrarles hoy, durante mi visita a su país. Agradezco al señor Presidente de este importante Organismo por la cordial invitación, que me ofrece la ocasión de estar con los dirigentes políticos y religiosos, musulmanes y cristianos.

Es tradición que los Papas, cuando viajan a otros países como parte de su misión, se encuentren también con las autoridades y las comunidades de otras religiones. Sin esta apertura al encuentro y al diálogo, una visita papal no respondería plenamente a su finalidad, como yo la entiendo, en la línea de mis venerados predecesores.

En esta perspectiva, me complace recordar de manera especial el encuentro que tuvo el Papa Benedicto XVI en este mismo lugar, en noviembre de 2006. En efecto, las buenas relaciones y el diálogo entre los dirigentes religiosos tiene gran importancia. Representa un claro mensaje dirigido a las respectivas comunidades para expresar que el respeto mutuo y la amistad son posibles, no obstante las diferencias.

Esta amistad, además de ser un valor en sí misma, adquiere especial significado y mayor importancia en tiempos de crisis, como el nuestro, crisis que en algunas zonas del mundo se convierten en auténticos dramas para poblaciones enteras.
Hay efectivamente guerras que siembran víctimas y destrucción; tensiones y conflictos
interétnicos e interreligiosos; hambre y pobreza que afligen a cientos de millones de personas; daños al ambiente natural, al aire, al agua, a la tierra.

La situación en el Medio Oriente es verdaderamente trágica, especialmente en Irak y Siria. Todos sufren las consecuencias de los conflictos y la situación humanitaria es angustiosa. Pienso en tantos niños, en el sufrimiento de muchas madres, en los ancianos, los desplazados y refugiados, en la violencia de todo tipo.

Es particularmente preocupante que, sobre todo a causa de un grupo extremista y fundamentalista, comunidades enteras, especialmente –aunque no sólo– cristianas y yazidíes, hayan sufrido y sigan sufriendo violencia inhumana a causa de su identidad étnica y religiosa. Se los ha sacado a la fuerza de sus hogares, tuvieron que abandonar todo para salvar sus vidas y no renegar de la fe. La violencia ha llegado también a edificios sagrados, monumentos, símbolos religiosos y al patrimonio cultural, como queriendo borrar toda huella, toda memoria del otro.

Como dirigentes religiosos, tenemos la obligación de denunciar todas las violaciones de la dignidad y de los derechos humanos. La vida humana, don de Dios Creador, tiene un carácter sagrado. Por tanto, la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz.

El mundo espera de todos aquellos que dicen adorarlo, que sean hombres y mujeres de paz, capaces de vivir como hermanos y hermanas, no obstante la diversidad étnica, religiosa, cultural o ideológica.

A la denuncia debe seguir el trabajo común para encontrar soluciones adecuadas. Esto requiere la colaboración de todas las partes: gobiernos, dirigentes políticos y religiosos, representantes de la sociedad civil y todos los hombres y mujeres de buena voluntad. En particular, los responsables de las comunidades religiosas pueden ofrecer la valiosa contribución de los valores que hay en sus respectivas tradiciones.

Nosotros, los musulmanes y los cristianos, somos depositarios de inestimables riquezas espirituales, entre las cuales reconocemos elementos de coincidencia, aunque vividos según las propias tradiciones: la adoración a Dios misericordioso, la referencia al patriarca Abraham, la oración, la limosna, el ayuno... elementos que, vividos de modo sincero, pueden transformar la vida y dar una base segura a la dignidad y la fraternidad de los hombres. Reconocer y desarrollar esto que nos acomuna espiritualmente –mediante el diálogo interreligioso– nos ayuda también a promover y defender en la sociedad los valores morales, la paz y la libertad (cf. Juan Pablo II, A la comunidad católica de Ankara, 29 noviembre 1979).

El común reconocimiento de la sacralidad de la persona humana sustenta la compasión, la solidaridad y la ayuda efectiva a los que más sufren. A este propósito, quisiera expresar mi aprecio por todo lo que el pueblo turco, los musulmanes y los cristianos, están haciendo en favor de los cientos de miles de personas que huyen de sus países a causa de los conflictos. Y esto es un ejemplo concreto de cómo trabajar juntos para servir a los demás, un ejemplo que se ha de alentar y apoyar.

He sabido con satisfacción de las buenas relaciones y de la colaboración entre la Diyanet y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Espero que continúen y se consoliden, por el bien de todos, porque toda iniciativa de diálogo auténtico es signo de esperanza para un mundo tan necesitado de paz, seguridad y prosperidad.

Señor Presidente, expreso nuevamente gratitud a usted y a sus colaboradores por este encuentro, que llena de gozo mi corazón. Agradezco también a todos ustedes su presencia y las oraciones que tendrán la bondad que ofrecer por mi servicio. Por mi parte, les aseguro que yo rogaré igualmente por ustedes. Que el Señor nos bendiga.

(ACI)

viernes, 21 de noviembre de 2014

La familia es fundamento de convivencia y garantía contra la escisión social


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El Papa Francisco intervino en la sesión inaugural del Congreso Internacional sobre la complementariedad entre hombre y mujer que tiene lugar en el Vaticano, promovido por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El Santo Padre dijo que “la familia sigue siendo fundamento de la convivencia y la garantía contra la escisión social”, indicó para después referirse a que  “los niños tienen el derecho a crecer en una familia, con una padre y una madre, capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su maduración afectiva”.

El Pontífice alertó luego ante la trampa “de ser cualificados con conceptos ideológicos” ya que “la familia es un hecho antropológico y no podemos calificarla con conceptos de naturaleza ideológica que solamente tienen fuerza en un momento de la historia, y después caen”. 

"No se puede hablar hoy de familia conservadora o familia progresista: la familia es familia”, remarcó el Papa. 

El Papa expresó luego su deseo de que el Congreso sea “fuente de inspiración para todos aquellos que buscan apoyar y reforzar la unión del hombre y de la mujer en el matrimonio como un bien único, natural, fundamental y bello para las personas, las familias, las comunidades y las sociedades”.
Seguidamente el Santo Padre anunció que participará en el próximo Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en septiembre de 2015 en Filadelfia, Estados Unidos.

Durante su intervención y en referencia al tema del Congreso, el Pontífice ha explicado que en efecto, en la complementariedad del hombre y la mujer se basa “el matrimonio y de la familia, que es la primera escuela donde aprendemos a apreciar nuestros dones y los de los demás, y donde comenzamos a aprender el arte de vivir juntos”. 

El Papa se ha referido a también a las dificultades que se viven en la familia, tales como el “egoísmo y el altruismo, entre razón y pasión, entre los deseos inmediatos y los objetivos a largo plazo” pero “las familias ofrecen también el ambiente en el que resolver estas tensiones”. 

Para el Papa Francisco, “cuando hablamos de complementariedad entre hombre y mujer en este contexto, no debemos confundir tal término con la idea simplista de que todos los roles y las relaciones de ambos sexos están cerrados en un modelo único y estático”. “La complementariedad asume muchas formas, porque cada hombre y mujer aportan la propia contribución personal al matrimonio y a la educación de los hijos. La propia riqueza personal, el propio carisma personal, y la complementariedad se convierte así en una gran riqueza” que además de un “bien” es también “belleza”, dijo ante los participantes del Congreso. 

El Santo Padre aseguró después que “en nuestro tiempo el matrimonio y la familia están en crisisporque vivimos en una cultura de lo provisional, en el que cada vez más personas renuncian al matrimonio como compromiso público”.  

“Ésta revolución en las costumbres y en la moral –prosiguió el Papa Francisco- ha ondeado a menudo la ‘bandera de la libertad’, pero en realidad ha llevado a una devastación espiritual y material a muchas personas, especialmente a los más vulnerables”. 

“Es cada vez más evidente que el decline de la cultura del matrimonio está asociado a un aumento de pobreza y a una serie de numerosos otros problemas sociales que golpean de forma desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos”, aseguró en el nuevo Aula del Sínodo. 

Por otro lado, el Santo Padre dijo que “la crisis de la familia ha dado origen a una crisis de la ecología humana, ya que los ambientes sociales, como los ambientes naturales, tienen necesidad de ser protegidos”. 

Además, “si la humanidad ha comprendido la necesidad de afrontar aquello que constituye una amenaza para nuestros ambientes naturales, somos lentos –somos lentos en nuestra cultura, también en nuestra cultura católica– en reconocer que también nuestros ambientes sociales son un riesgo”. 

Por tanto, “es indispensable promover una nueva ecología humana y hacer que vaya adelante” e insistir “sobre los pilares fundamentales que rigen una nación: sus bienes inmateriales”, sostuvo el Papa Francisco. 

La familia sigue siendo fundamento de la convivencia y la garantía contra la escisión social”, indicó para después referirse a que  “los niños tienen el derecho de crecer en una familia, con una padre y una madre, capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su maduración afectiva”.

El Santo Padre quiso recordar de nuevo la exhortación apostólica Evangelii gaudim, en la que “he puesto el acento sobre la contribución ‘indispensable’ del matrimonio en la sociedad” una contribución que “supera el nivel de emotividad y de las necesidades contingentes de la pareja”. A continuación, se mostró contento “por el énfasis puesto en vuestro congreso sobre los beneficios que el matrimonio puede llevar a los hijos, a los cónyuges mismos y a la sociedad”.

El Papa Francisco exhortó luego a los participantes del Congreso a enfatizar “el compromiso definitivo en lo relacionado con la solidaridad, la fidelidad y el amor fecundo responde a los deseos más profundos del corazón humano”. 

Por ello, ha invitado a hacer presentes a los jóvenes que representan el futuro: “es importante que no se dejen involucrar por la mentalidad dañina de lo provisional y sean revolucionarios para la valentía de crear un amor fuerte y duradero, es decir, de ir contra corriente”.

(ACI)

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Sobre la familia en el Catecismo de la Iglesia Católica:

2203 Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad. Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes.

2205 La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios. Es llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad. La familia cristiana es evangelizadora y misionera.

2207 La familia es la “célula original de la vida social”. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad.

2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Todo carisma para ser fructífero debe tener en el centro sólo a Jesucristo

VATICANO, 07 Nov. 14 / 01:20 pm.

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La gente debe preguntarse por qué somos cristianos, señaló el Papa Francisco durante el encuentro con los participantes en la asamblea nacional de la Conferencia Italiana de los Superiores Mayores (CISM), a quienes recordó que el anuncio evangélico “es siempre un signo de contradicción” y por tanto nunca es ideológico ni sigue la moda del mundo.

Ante el testimonio de un hermano o una hermana que vive plenamente esa vida (cristiana) la gente se pregunta: ‘¿Qué pasa aquí?, ‘¿Qué lleva a esta persona más allá del horizonte mundano?’. Esto es lo primero: ayudar a la Iglesia a crecer a través de la atracción. Sin preocuparse de hacer prosélitos: atracción”, afirmó el Santo Padre durante la audiencia realizada en la Sala Clementina.

En ese sentido, recordó la radicalidad que, aunque deba caracterizar en formas diversas a todos los cristianos, para los religiosos asume la forma de testimonio de profecía. “El testimonio de una vida evangélica es lo que distingue al discípulo misionero y, especialmente, a los que siguen al Señor en el camino de la vida religiosa. Y el testimonio profético coincide con la santidad”.

“La verdadera profecía nunca es ideológica, no está en contraste con la institución: es institución. La profecía es institucional, no sigue la moda: es siempre un signo de contradicción según el Evangelio, como lo fue Jesús. Jesús, era un signo de contradicción para las autoridades religiosas de su tiempo: los jefes de los fariseos y de los saduceos, los maestros de la ley. Y lo fue también para otras opciones y propuestas: esenios, zelotes”, expresó.

Francisco citó las palabras del Padre presidente de los Superiores Mayores: "No queremos combatir batallas de retaguardia, de defensa, sino estar en medio de la gente", con la certeza de la fe en que Dios siempre hace que su Reino germine y crezca. El Papa señaló que “esto no es fácil, no es obvio, requiere la conversión; requiere, sobre todo, la oración y la adoración; y requiere compartir con el pueblo santo de Dios que vive en las periferias de la historia. Descentrarse”.

Todo carisma para vivir y ser fructífero esté llamado a descentrarse, para que en el centro esté sólo Jesucristo. No hay que guardar el carisma como una botella de agua destilada, hay que hacerlo fructificar con coraje, confrontándolo con la realidad actual, con las culturas, con la historia, como nos enseñan los grandes misioneros de nuestros institutos”, indicó.

Finalmente reflexionó sobre la ayuda que la vida consagrada puede dar a través del testimonio de fraternidad, “de que se puede vivir juntos como hermanos en la diversidad porque en la comunidad no se elige antes; uno se encuentra con personas diversas por carácter, edad, educación, sensibilidad (...) y sin embargo, se intenta vivir como hermanos”. “No siempre es posible, por supuesto... pero se reconoce que uno se ha equivocado, se pide perdón y se perdona. Y esto es bueno para la Iglesia, hace que circule en su cuerpo la linfa de la fraternidad. Y también es bueno para toda la sociedad”, señaló.

Pero esta fraternidad ''presupone la paternidad de Dios y la maternidad de la Iglesia y de la Madre, la Virgen María''. Una relación cultivada diariamente con ''la oración, la Eucaristía, con la adoración, el Rosario.

Francisco aseguró que “así cada día renovamos nuestro ‘estar’ con Cristo y en Cristo, y establecemos una relación auténtica con el Padre que está en los cielos y con la Madre Iglesia, nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica, y la Madre María. Si nuestra vida se sitúa siempre en estas coordenadas fundamentales, también seremos capaces de fraternidad auténtica, de una fraternidad que da testimonio y que atrae”.

(ACI)

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El Papa afirma que el diablo existe

30/10/14 2:10 PM.

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La vida cristiana es «un combate» contra el demonio, el mundo y las pasiones de la carne. Así lo ha afirmado el papa Francisco en la Misa matutina celebrada en Santa Marta. El Santo Padre lamentó que muchos crean que la existencia de Satanás sea un mito y tras asegurar que el diablo existe, añadió que nosotros «debemos luchar contra él» con «la armadura» de la verdad. El Papa advierte que «no se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin resistir las tentaciones, sin luchar contra el diablo»

El papa Francisco ha centrado su homilía en las palabras de San Pablo que, dirigiéndose a los Efesios, «desarrolla en un lenguaje militar la vida cristiana». El Pontífice ha destacado que «la vida en Dios se debe defender, se debe luchar para llevarla adelante». Se necesitan fuerza y valentía «para resistir y anunciar».

Para «ir adelante en la vida espiritual», afirmó, se debe combatir. No es un simple desencuentro, no, es un «combate continuo».

El Santo Padre ha recordado que son tres «los enemigos de la vida cristiana»: «el demonio, el mundo y la carne», es decir nuestras pasiones, «que son las heridas del pecado original». Cierto, observó, «la salvación que nos da Jesús es gratuita», pero estamos llamados a defenderla:
«¿De qué debo defenderme?¿qué debo hacer? ‘ponerme la armadura de Dios', nos dice Pablo, es decir lo que es de Dios nos defiende, para resistir las insidias del diablo. ¿Está claro? Claro. No se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin resistir las tentaciones, sin luchar contra el diablo, sin vestir esta armadura de Dios, que nos da la fuerza y nos defiende». 
 
San Pablo, prosiguió el Papa, destaca «que nuestra batalla» no es contra las cosas pequeñas, «si ncontra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos».

«Pero a esta generación, y a muchas otras, se les ha hecho creer que el diablo es un mito, una figura, una idea, la idea del mal. El diablo existe y nosotros debemos luchar contra él. Lo dice Pablo ¡no lo digo yo! La Palabra de Dios lo dice. Pero no nos convencemos. Y después Pablo explica cómo es esta armadura de Dios, que son varias armaduras que componen esta gran armadura de Dios. Y él dice: ‘Permaneced firmes, por tanto, permaneced firmes al lado de la verdad'. Esta es una armadura de Dios: la verdad».

«El diablo, dijo, es el mentiroso, el padre de los mentirosos, el padre de la mentira». Y como San Pablo, afirmó que es necesario tener «a los flancos la verdad, vistiendo la coraza de la justicia». Por tanto, afirmó que «no se puede ser cristiano, sin trabajar continuamente para ser justos. No se puede».

Una cosa que «nos ayudaría mucho», dijo, «sería preguntarnos» si creo o no creo. «Si creo, un poco sí y un poco no». ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? Y destacó que «sin fe no se puede seguir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús».

Necesitamos «el escudo de la fe», porque «el diablo no nos lanza flores», sino «flechas incendiarias», para matarnos. Francisco exhortó, por tanto, «a tomar el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios«. E invitó a rezar constantemente, a velar» con oraciones y súplicas»:
«La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima. Porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, somos un poco vagos, no, en la lucha, y nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. ¡Y porque ¡todos somos pecadores! Pero no os desaniméis, Valentía y fuerza porque ¡el Señor está con nosotros!».

(RV/InfoCatólica)

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Efesios 6, 11-13:

"Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo.
Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas.
Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes."


Juan 8, 42-45:

"Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.
¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi Palabra.
Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre.
Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.
Pero a mí, como os digo la verdad, no me creéis."


Lucas 10, 18:

"El les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo."


Catecismo de la Iglesia Católica:

391 Tras la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios (Cf. Gn 3,1-5) que, por envidia, los hace caer en la muerte (Cf. Sb 2,24). La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo (Cf. Jn 8,44; Ap 12,9). La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios. "Diabolus enim et alii daemones a Deo quidem natura creati sunt boni, sed ipsi per se facti sunt mali" ("El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos") (Cc. de Letrán IV, año 1215: DS 800).

2864 En la última petición, "y líbranos del mal", el cristiano pide a Dios con la Iglesia que manifieste la victoria, ya conquistada por Cristo, sobre el "Príncipe de este mundo", sobre Satanás, el ángel que se opone personalmente a Dios y a Su plan de salvación.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Amar a Dios y amar al prójimo


27/10/14 8:14 AM.

http://www.mscperu.org/domingos/TOcicloB/picdomB/21_34/b31bn03.png

Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus:


¡Queridos hermanos y hermanas buenos días!


El Evangelio de hoy nos recuerda que toda la Ley divina se resume en el amor por Dios y por el prójimo. El Evangelista Mateo cuenta que algunos fariseos se pusieron de acuerdo para probar a Jesús (cfr 22,34-35). Uno de ellos, un doctor de la ley, le dirige esta pregunta : «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?»(v. 36). Jesús, citando el Libro del Deuteronomio, responde: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento» (vv. 37-38). Habría podido detenerse aquí. En cambio Jesús agrega algo que no había sido preguntado por el doctor de la ley. De hecho dice: «El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (v. 39). Este segundo mandamiento tampoco lo inventa Jesús, sino que lo retoma del Libro del Levítico. Su novedad consiste justamente en el juntar estos dos mandamientos – el amor por Dios y el amor por el prójimo – revelando que son inseparables y complementarios, son las dos caras de una misma medalla. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. El Papa Benedicto nos ha dejado un bellísimo comentario sobre este tema en su primera Encíclica "Deus Caritas Est" (nn. 16-18).

En efecto, la señal visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar el amor de Dios al mundo y a los demás, a su familia, es el amor por los hermanos. El mandamiento del amor a Dios y al prójimo es el primero no porque está encima del elenco de los mandamientos. Jesús no lo coloca en el vértice, sino al centro, porque es el corazón desde el cual debe partir todo y hacia donde todo debe regresar y servir de referencia.


Ya en el Antiguo Testamento la exigencia de ser santos, a imagen de Dios que es santo, comprendía también el deber de ocuparse de las personas más débiles como el forastero, el huérfano, la viuda (cfr Ex 22,20-26). Jesús lleva a cumplimento esta ley de alianza, Él que une en sí mismo, en su carne, la divinidad y la humanidad, en un único misterio de amor.


A este punto, a la luz de esta palabra de Jesús, el amor es la medida de la fe, y la fe es el alma del amor. No podemos separar más la vida religiosa, de piedad, del servicio a los hermanos, de aquellos hermanos concretos que encontramos. No podemos dividir más la oración, el encuentro con Dios en los Sacramentos, de la escucha del otro, de la cercanía a su vida, especialmente a sus heridas. Acuérdense de esto: el amor es la medida de la fe. Tú ¿cuánto amas? Cada uno se responda ¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor.


En medio de la densa selva de preceptos y prescripciones – de los legalismos de ayer y de hoy – Jesús abre un claro que permite ver dos rostros: el rostro del Padre y aquel del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos: no son preceptos y fórmulas; nos entrega dos rostros, es más un solo rostro, aquel de Dios que se refleja en tantos rostros, porque en el rostro de cada hermano, especialmente el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado está presente la imagen misma de Dios. Y deberiamos preguntarnos, cuando encontramos a uno de estos hermanos, si somos capaces de reconocer en él el rostro de Cristo: ¿somos capaces de esto?


De esta forma Jesús ofrece a cada hombre el criterio fundamental sobre el cual edificar la propia vida. Pero sobre todo Él nos dona el Espíritu Santo, que nos permite amar a Dios y al prójimo como Él, con corazón libre y generoso. Por intercesión de María, nuestra Madre, abrámonos para acoger este don de amor, para caminar siempre en esta ley de los dos rostros, que son un solo rostro: la ley del amor.

(RV/InfoCatólica)

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Éxodo 22, 20-26:

"No maltratarás al forastero, ni le oprimirás, pues forasteros fuisteis vosotros en el país de Egipto.
No vejarás a viuda ni a huérfano.
Si le vejas y clama a mí, no dejaré de oír su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no serás con él un usurero; no le exigiréis interés.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al ponerse el sol, porque con él se abriga; es el vestido de su cuerpo. ¿Sobre qué va a dormir, si no? Clamará a mí, y yo le oiré, porque soy compasivo."


Mt 22, 34-40:

"Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»"

lunes, 20 de octubre de 2014

Que el sello del Espíritu Santo nos libre de ser cristianos tibios

VATICANO, 17 Oct. 14 / 08:07 pm.

http://recursos.pazcondios.com/hipocrita.jpg

Durante la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió a los fieles del peligro de convertirse en cristianos tibios, es decir que aquellos que a pesar de ir todos los domingos a Misa, viven como paganos, opacando la identidad que el Espíritu Santo ha dado a los seguidores de Jesús.

En su homilía, el Pontífice destacó que el Espíritu Santo es el “sello” de luz con el que Dios ha dado el Cielo a los cristianos. Sin embargo, mucha veces los fieles olvidan esta luz a cambio de una vida de penumbra o, peor aún, de luz falsa, esa que brilla en la hipocresía.

El Papa reflexionó siguiendo la lectura de Pablo, que explica a los cristianos de Éfeso que por haber creído en el Evangelio recibieron “el sello del Espíritu Santo”. Explicó que con este don, Dios “no sólo nos ha elegido”, sino que además nos ha dado un estilo, “un modo de vivir, que no es sólo ‘una lista de hábitos’, es algo más, es, precisamente, “una identidad”.

Nuestra identidad es precisamente este sello, esta fuerza del Espíritu Santo, que todos nosotros hemos recibido en el Bautismo. Y el Espíritu Santo ha sellado nuestro corazón y, además, camina con nosotros. Este Espíritu, que había sido prometido – Jesús lo había prometido – este Espíritu no sólo nos da la identidad, sino que también es anticipo de nuestra herencia”.

“Con Él el Cielo comienza. Nosotros estamos viviendo precisamente este Cielo, esta eternidad, porque hemos sido sellados por el Espíritu Santo, que precisamente es el inicio del Cielo: era el anticipo; lo tenemos en nuestras manos. Nosotros tenemos el Cielo en nuestras manos con este sello”, afirmó.

Sin embargo, dijo que tener el Cielo como anticipo de eternidad no impide a los cristianos “resbalar al menos en un par de tentaciones”. Primero “cuando nosotros queremos, no digo borrar la identidad, sino volverla opaca”. Francisco señaló que este “es el cristiano tibio”.

Es cristiano, sí. Va a Misa el domingo, sí. Pero en su vida la identidad no se ve. También vive como un pagano: puede vivir como un pagano, pero es cristiano. Ser tibios. Volver opaca nuestra identidad”.

“El otro pecado, aquel del que Jesús hablaba a sus discípulos y hemos oído: ‘Estén atentos a la levadura de los fariseos, que es la hipocresía’. ‘Hacer de cuenta que’: yo hago de cuenta que soy cristiano, pero no lo soy. No soy transparente, digo una cosa – ‘sí, sí, soy cristiano’ – pero hago otra que no es cristiana”, señaló.

El Papa explicó que –tal como recuerda Pablo-, una vida cristiana vivida según la identidad creada por el Espíritu Santo trae como dote dones de otro calibre, y que son el “amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí”.

“Este es nuestro camino hacia el Cielo, es nuestro camino, que hace que comience el Cielo desde acá. Porque tenemos esta identidad cristiana, hemos sido sellados por el Espíritu Santo. Pidamos al Señor la gracia de estar atentos a este sello, a nuestra identidad cristiana, que no sólo es promesa, no, ya la tenemos en nuestras manos como anticipo”, concluyó el Santo Padre.

(ACI/EWTN Noticias)

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Efesios 1, 11-14:

"A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio  del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad, para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria."


Efesios 4, 30-32:

"No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención. Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros. Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo."

martes, 14 de octubre de 2014

El Papa advierte que el diablo jamás deja de tentarnos

VATICANO, 10 Oct. 14 / 05:01 pm.

http://ubdavid.org/espanol/vida-cristo/graphics/2_satantempt.jpg

Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a los fieles a mantener sus corazones siempre en guardia haciendo una práctica antigua, pero muy buena, el diario examen de conciencia; porque el diablo nunca descansa en su deseo de tentar a los hombres.

El Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio del día, en que se nos dice que el diablo jamás deja de tentarnos porque “tiene paciencia” y por eso vuelve con el fin de obtener “nuestra alma”.

Después de las tentaciones en el desierto, cuando Jesús fue tentado por el diablo, en la versión de Lucas se dice que el demonio lo dejó por un tiempo, pero durante la vida de Jesús volvía y volvía: cuando lo ponían a prueba, cuando le tendían trampas, en la Pasión, hasta en la Cruz. ‘Pero si Tú eres el Hijo de Dios, ven, ven con nosotros, así nosotros podemos creer’. Y todos nosotros sabemos que esta palabra toca el corazón: ‘¿Pero tú eres capaz? ¡Házmelo ver! No, no eres capaz’. Como el diablo hizo hasta el final con Jesús. Y así con nosotros”.

Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espírito Santo “para que no entren los demás espíritus”. “Custodiar el corazón, como se custodia una casa, con llave”. Y después, vigilar sobre el corazón, como un centinela.

“Cuántas veces entran los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Tantas cosas, que entran. ¿Pero quién ha abierto aquella puerta? ¿Por dónde han entrado?”. El Papa dijo que si no nos damos cuenta de cuanto entra en nuestros corazones, estos se convierten “en una plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede hablar y ni siquiera ser escuchado”.

“Y Jesús dice otra cosa allí – ¿no? – que parece un poco extraña: ‘Quien no recoge conmigo, desparrama. Usa la palabra ‘recoger’. Tener un corazón recogido, un corazón sobre el cual nosotros sabemos qué cosa sucede, y aquí y allá se puede hacer la práctica tan antigua de la Iglesia, pero buena: el examen de conciencia”.

“¿Quién de nosotros, a la noche, antes de terminar la jornada, permanece solo, sola, y se hace la pregunta: qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Qué cosa ha sucedido? ¿Qué cosas han pasado a través de mi corazón? Si no lo hacemos, verdaderamente no sabemos vigilar bien ni custodiar bien”, preguntó.

El Papa Francisco dijo que el examen de conciencia “es una gracia, porque custodiar nuestro corazón es custodiar el Espírito Santo, que está dentro de nosotros”.

Nosotros sabemos, Jesús habla claramente, que los diablos vuelven, siempre. También al final de la vida, Él – Jesús – nos da el ejemplo de esto. Y para custodiar, para vigilar, para que no entren los demonios, es necesario saber recogerse, es decir, entrar en silencio ante uno mismo y ante Dios, y al final de la jornada preguntarse: ‘¿Qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Ha entrado alguien que no conozco? ¿La llave está en su lugar?’. Y esto nos ayudará a defendernos de tantas maldades, incluso de las que nosotros podemos hacer, si entran estos demonios, que son muy astutos, y al final nos estafan a todos”, aseguró.


(ACI/EWTN Noticias)

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Lucas 11, 15-26:

"Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios.»
Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo.
Pero él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae.
Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque
decís que yo expulso los demonios por Beelzebul.

Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos
serán vuestros jueces.

Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.»
«El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
«Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: “Me volveré a mi casa, de donde salí.”
Y al llegar la encuentra barrida y en orden.
Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.» "


Lucas 4, 13:

"Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno." 


Sabiduría 2, 23-24: 

"Porque Dios creó al hombre para la incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen."

domingo, 5 de octubre de 2014

El Papa dice que creer en el ángel de la guarda no es una fantasía

2/10/14 1:19 PM.

 http://salutarishostia.files.wordpress.com/2009/09/guardians15.jpg?w=500

http://salutarishostia.files.wordpress.com/2009/09/untitiled-guardian-angel-child-and-cross.jpg

El ángel de la guarda no es una doctrina fantasiosa, sino que es un compañero que Dios nos ha puesto cerca en el camino de nuestra vida. Así lo ha asegurado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada en la Casa Santa Marta del Vaticano, día en el que la Iglesia celebra la memoria de los santos ángeles custodios. Las lecturas del día, explicó el Santo Padre, presentan dos imágenes: el ángel y el niño. Dios ha puesto a nuestro lado un ángel para cuidarnos: «si uno de nosotros creyese que camina solo, se equivocaría mucho», caería «en ese error tan feo que es la soberbia, creer que se es grande», autosuficiente.

Jesús enseña a los apóstoles a ser como los niños, recordó el Papa. «Los discípulos peleaban sobre quién era el más grande entre ellos: había una lucha interna… el arribismo ¿eh?».
«Estos que son los primeros obispos, tenían esta tentación del arribismo. ‘Quiero ser más importante que tú…’. No es un buen ejemplo que los primeros obispos hicieran esto, pero es la realidad. Y Jesús les enseña la verdadera actitud, la de los niños», explicó.
«La docilidad, la necesidad de consejo, la necesidad de ayuda, porque el niño es el símbolo de la necesidad de ayuda, de docilidad para seguir adelante… este es el camino. No quién es más grande», advirtió Francisco.
 «Los que están más cerca de la actitud de un niño, están más cerca de la contemplación del Padre», añadió. Escuchan con el corazón abierto y dócil al ángel de la guarda.

«Todos nosotros, según la tradición de la Iglesia, tenemos un ángel con nosotros, que nos cuida, que nos hace sentir las cosas –prosiguió-. ¡Cuántas veces hemos sentido: ‘Debería hacer esto, esto no funciona, hay que estar atento…’ ¡Muchas veces! Es la voz de nuestro compañero de viaje».
«Estad seguros de que él nos llevará al final de nuestra vida con sus consejos, para esto hay que escuchar sus consejos, no rebelarnos… Porque la rebelión, el deseo de ser independiente, es algo que todos tenemos; es la soberbia, la que tuvo nuestro padre Adán en el Paraíso terrestre: la misma. No te rebeles, sigue sus consejos», invitó.
«Nadie camina solo y ninguno de nosotros puede pensar que está solo», prosiguió el Papa, porque siempre está «nuestro compañero».

«Y cuando nosotros no queremos escuchar su consejo, escuchar su voz, es como decirle: ‘¡Vete, fuera!’. Abandonar al compañero de viaje es peligroso, porque ningún hombre, o mujer puede aconsejarse a sí mismo», indicó. «Yo puedo aconsejar a otro pero no a mí mismo –aseguró-. Está el Espíritu Santo que me aconseja, el ángel de la guarda que me aconseja. Por esto, tenemos necesidad».

«Esta no es una doctrina sobre los ángeles un poco fantasiosa: no, es la realidad –afirmó el Papa-. Es lo que Jesús, lo que Dios ha dicho: ‘Yo mando un ángel que te precede para cuidarte, para acompañarte en el camino y que no te equivoques’». Francisco concluyó así la homilía: «Yo, hoy, quiero preguntaros: ¿Cómo es la relación con mi ángel custodio? ¿Lo escucho? ¿le digo buenos días por la mañana? Le digo: ‘¿Cuídame mientras duermo?' ¿Hablo con él? ¿Le pido consejo?» «Está a mi lado –aseguró-. Esta pregunta podemos responderla hoy, cada uno de nosotros: ¿Cómo es la relación con este ángel que el Señor ha enviado para custodiarme y acompañarme en el camino, y que ve siempre el rostro del Padre que está en los cielos?».

 (Aleteia/InfoCatólica)

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Catecismo de la Iglesia Católica:

334 De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles.

336 Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. "Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida". Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.

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Mateo 18, 10:
"Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos
."

Lucas 16, 22:
"Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. [...]"

Salmo 91, 10-11:
"No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda;
que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos."