04/ 5/2013
El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia
al arzobispo Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe. En la audiencia se han abordado diversos temas de
competencia del dicasterio, informa un comunicado, y el Papa ha
recomendado en particular que la congregación, prosiga la línea deseada
por Benedicto XVI y actúe con decisión respecto a los casos de abuso
sexual.
El Papa quiere que se promuevan ante todo medidas de protección de los menores,
ayuda para los que en pasado han sufrido violencia, las medidas debidas
hacia los culpables, el compromiso de las conferencias episcopales en
la formulación y actuación de las directrices necesarias en este ámbito
tan importante para el testimonio y la credibilidad de de la Iglesia.
El Santo Padre ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes, de modo especial, en su atención por los que sufren y en sus oraciones por ellos.
La lucha en contra de la pederastia no cambia. Aquellos a los que se les haya ocurrido que la Santa Sede, la renuncia de Benedicto XVI y, un poco antes, en nombramiento en Malta de monseñor Charles Scicluna, pretendía cerrar un capítulo de su historia contemporánea, quedarán desilusionados. Ayer, el Papa Francisco recibió al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, para discutir sobre «diferentes argumentos» que están en la agenda del dicasterio.
En el comunicado difundido esta mañana se lee: «El Santo Padre ha recomendado en particular que la congregación, prosiguiendo la línea deseada por Benedicto XVI, actúe con decisión en todo lo que se refiere a los casos de abuso sexual, promoviendo ante todo medidas de protección de los menores, ayuda para los que en pasado han sufrido violencia, las medidas debidas hacia los culpables, el compromiso de las conferencias episcopales en la formulación y actuación de las directrices necesarias en este ámbito tan importante para el testimonio y la credibilidad de de la Iglesia».
No se retrocede, no se oculta, sino todo lo contrario. El Papa Bergoglio quiso subrayar que continuará la acción que emprendió su predecesor. Ratzinger, como se recordará, primero fue protagonista como cardenal en el cambio de 2002 con Juan Pablo II, cuando el ex Santo Oficio se adjudicó la competencia sobre los casos de abuso (y ya no a las diócesis), y después, como Papa, con el endurecimiento de las normas, sobre todo con el ejemplo y con la cercanía hacia las víctimas. Una línea que no cambia con el nuevo Pontífice.
El Papa, dice la nota como conclusión, «ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes,de modo especial, en su atención por los que sufren y en sus oraciones por ellos». Una muestra de cercanía, siguiendo los pasos de benedicto XVI. Es significativo que se hable solo de este argumento en el comunicado, cuando son muchos los pendientes en la agenda del dicasterio. Es probable que Müller haya informado a Francisco sobre el delicado caso de la Fraternidad San Pío X y del proceso que comenzó durante el pontificado ratzingeriano, en vista de una probable reincorporación del grupo tradicionalista fundado por mons. Lefebvre.
El Santo Padre ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes, de modo especial, en su atención por los que sufren y en sus oraciones por ellos.
La lucha en contra de la pederastia no cambia. Aquellos a los que se les haya ocurrido que la Santa Sede, la renuncia de Benedicto XVI y, un poco antes, en nombramiento en Malta de monseñor Charles Scicluna, pretendía cerrar un capítulo de su historia contemporánea, quedarán desilusionados. Ayer, el Papa Francisco recibió al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, para discutir sobre «diferentes argumentos» que están en la agenda del dicasterio.
En el comunicado difundido esta mañana se lee: «El Santo Padre ha recomendado en particular que la congregación, prosiguiendo la línea deseada por Benedicto XVI, actúe con decisión en todo lo que se refiere a los casos de abuso sexual, promoviendo ante todo medidas de protección de los menores, ayuda para los que en pasado han sufrido violencia, las medidas debidas hacia los culpables, el compromiso de las conferencias episcopales en la formulación y actuación de las directrices necesarias en este ámbito tan importante para el testimonio y la credibilidad de de la Iglesia».
No se retrocede, no se oculta, sino todo lo contrario. El Papa Bergoglio quiso subrayar que continuará la acción que emprendió su predecesor. Ratzinger, como se recordará, primero fue protagonista como cardenal en el cambio de 2002 con Juan Pablo II, cuando el ex Santo Oficio se adjudicó la competencia sobre los casos de abuso (y ya no a las diócesis), y después, como Papa, con el endurecimiento de las normas, sobre todo con el ejemplo y con la cercanía hacia las víctimas. Una línea que no cambia con el nuevo Pontífice.
El Papa, dice la nota como conclusión, «ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes,de modo especial, en su atención por los que sufren y en sus oraciones por ellos». Una muestra de cercanía, siguiendo los pasos de benedicto XVI. Es significativo que se hable solo de este argumento en el comunicado, cuando son muchos los pendientes en la agenda del dicasterio. Es probable que Müller haya informado a Francisco sobre el delicado caso de la Fraternidad San Pío X y del proceso que comenzó durante el pontificado ratzingeriano, en vista de una probable reincorporación del grupo tradicionalista fundado por mons. Lefebvre.
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