El Papa Francisco intervino en la sesión inaugural del Congreso Internacional sobre la complementariedad entre hombre y mujer que tiene lugar en el Vaticano, promovido por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Santo Padre dijo que “la familia sigue siendo fundamento de la convivencia y la garantía contra la escisión social”, indicó para después referirse a que “los niños tienen el derecho a crecer en una familia, con una padre y una madre, capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su maduración afectiva”.
El Pontífice alertó luego ante la trampa “de ser cualificados con conceptos ideológicos” ya que “la familia es un hecho antropológico y no podemos calificarla con conceptos de naturaleza ideológica que solamente tienen fuerza en un momento de la historia, y después caen”.
"No se puede hablar hoy de familia conservadora o familia progresista: la familia es familia”, remarcó el Papa.
El Papa expresó luego su deseo de que el Congreso sea “fuente de inspiración para todos aquellos que buscan apoyar y reforzar la unión del hombre y de la mujer en el matrimonio como un bien único, natural, fundamental y bello para las personas, las familias, las comunidades y las sociedades”.
Seguidamente el Santo Padre anunció que participará en el próximo Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en septiembre de 2015 en Filadelfia, Estados Unidos.
Durante su intervención y en referencia al tema del Congreso, el Pontífice ha explicado que en efecto, en la complementariedad del hombre y la mujer se basa “el matrimonio y de la familia, que es la primera escuela donde aprendemos a apreciar nuestros dones y los de los demás, y donde comenzamos a aprender el arte de vivir juntos”.
El Papa se ha referido a también a las dificultades que se viven en la familia, tales como el “egoísmo y el altruismo, entre razón y pasión, entre los deseos inmediatos y los objetivos a largo plazo” pero “las familias ofrecen también el ambiente en el que resolver estas tensiones”.
Para el Papa Francisco, “cuando hablamos de complementariedad entre hombre y mujer en este contexto, no debemos confundir tal término con la idea simplista de que todos los roles y las relaciones de ambos sexos están cerrados en un modelo único y estático”. “La complementariedad asume muchas formas, porque cada hombre y mujer aportan la propia contribución personal al matrimonio y a la educación de los hijos. La propia riqueza personal, el propio carisma personal, y la complementariedad se convierte así en una gran riqueza” que además de un “bien” es también “belleza”, dijo ante los participantes del Congreso.
El Santo Padre aseguró después que “en nuestro tiempo el matrimonio y la familia están en crisis” porque “vivimos en una cultura de lo provisional, en el que cada vez más personas renuncian al matrimonio como compromiso público”.
“Ésta revolución en las costumbres y en la moral –prosiguió el Papa Francisco- ha ondeado a menudo la ‘bandera de la libertad’, pero en realidad ha llevado a una devastación espiritual y material a muchas personas, especialmente a los más vulnerables”.
“Es cada vez más evidente que el decline de la cultura del matrimonio está asociado a un aumento de pobreza y a una serie de numerosos otros problemas sociales que golpean de forma desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos”, aseguró en el nuevo Aula del Sínodo.
Por otro lado, el Santo Padre dijo que “la crisis de la familia ha dado origen a una crisis de la ecología humana, ya que los ambientes sociales, como los ambientes naturales, tienen necesidad de ser protegidos”.
Además, “si la humanidad ha comprendido la necesidad de afrontar aquello que constituye una amenaza para nuestros ambientes naturales, somos lentos –somos lentos en nuestra cultura, también en nuestra cultura católica– en reconocer que también nuestros ambientes sociales son un riesgo”.
Por tanto, “es indispensable promover una nueva ecología humana y hacer que vaya adelante” e insistir “sobre los pilares fundamentales que rigen una nación: sus bienes inmateriales”, sostuvo el Papa Francisco.
“La familia sigue siendo fundamento de la convivencia y la garantía contra la escisión social”, indicó para después referirse a que “los niños tienen el derecho de crecer en una familia, con una padre y una madre, capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su maduración afectiva”.
El Santo Padre quiso recordar de nuevo la exhortación apostólica Evangelii gaudim, en la que “he puesto el acento sobre la contribución ‘indispensable’ del matrimonio en la sociedad” una contribución que “supera el nivel de emotividad y de las necesidades contingentes de la pareja”. A continuación, se mostró contento “por el énfasis puesto en vuestro congreso sobre los beneficios que el matrimonio puede llevar a los hijos, a los cónyuges mismos y a la sociedad”.
El Papa Francisco exhortó luego a los participantes del Congreso a enfatizar “el compromiso definitivo en lo relacionado con la solidaridad, la fidelidad y el amor fecundo responde a los deseos más profundos del corazón humano”.
Por ello, ha invitado a hacer presentes a los jóvenes que representan el futuro: “es importante que no se dejen involucrar por la mentalidad dañina de lo provisional y sean revolucionarios para la valentía de crear un amor fuerte y duradero, es decir, de ir contra corriente”.
(ACI)
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Sobre la familia en el Catecismo de la Iglesia Católica:
2203 Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad. Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes.
2205 La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios. Es llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad. La familia cristiana es evangelizadora y misionera.
2207 La familia es la “célula original de la vida social”. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad.
2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.
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